El otoño está a la vuelta de la esquina y ya comenzamos a notar un cambio en el tiempo. Esta estación trae consigo una disminución de la temperatura, el aumento de la humedad, cambios de presión y menos horas de luz. Estos cambios meteorológicos pueden afectar a los síntomas de la artrosis, ya que con frecuencia, las personas con esta enfermedad articular degenerativa describen sentir más dolor o rigidez en las articulaciones durante los días más fríos.
¿Cómo puede el otoño influir en la artrosis?
Ante la disminución de la temperatura, las personas que padecen enfermedades articulares, como la artrosis, suelen presentar un empeoramiento de los síntomas. Gran parte de los pacientes refieren un aumento del dolor, de la sensación de entumecimiento o de la rigidez articular.
Sin embargo, el frío o la humedad propia del otoño, no empeoran la enfermedad en sí, sino que recrudecen los síntomas. El frío provoca vasoconstricción, es decir, produce un estrechamiento de los vasos sanguíneos, y por lo tanto, disminuye el aporte de sangre a través de dichos vasos. Esa disminución del riego aumenta la rigidez en los músculos articulares, lo que produce dolor y pérdida de la movilidad.
Por otro lado, un aumento de la humedad puede intensificar la inflamación en las articulaciones, lo que contribuye a la incomodidad y al dolor. Además, algunas investigaciones muestran que el dolor también se puede ver incrementado por los cambios en la presión atmosférica, comunes durante el otoño. Finalmente, el descenso de las temperaturas y la reducción de las horas de luz, puede conllevar que las personas realicen menos ejercicio físico, lo que agravaría la rigidez articular y aumentaría el malestar.
¿Cómo se puede aliviar el dolor articular relacionado con el frío?
Los siguientes consejos te pueden ayudar a aliviar el dolor articular causado por las bajas temperaturas y otros cambios propios del otoño:
Referencias: